Libro El Hombre Político/ Seymour Martin Lipset / Sociología
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Características principales
Título del libro | El Hombre Político |
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Subtítulo del libro | Las Bases Sociales de la Política |
Serie | Política |
Autor | Seymour Martin Lipset |
Idioma | Español |
Editorial del libro | Editorial REI |
Edición del libro | Edición Argentina |
Color de la portada | Blanco |
Tapa del libro | Blanda |
Volumen del libro | Único |
Tamaño de la letra | Pequeña |
Con índice | Sí |
Año de publicación | 1988 |
Otras características
Cantidad de páginas: 463
Altura: 23 cm
Ancho: 16 cm
Peso: 540 g
Material de la tapa del libro: Cartoné
Con páginas para colorear: No
Con realidad aumentada: No
Traductores: Elias Mendelievich,Vicente Bordoy
Género del libro: Ensayo,Sociologia
Subgéneros del libro: Historia,Política
Tipo de narración: Ensayo
Colección del libro: Editorial REI
Accesorios incluidos: No
Edad mínima recomendada: 18 años
Edad máxima recomendada: 88 años
ISBN: 9506950091
Descripción
El Hombre Político, las bases sociales de la política
Seymour Martin Lipset
Editorial REI
1988.
Detalles:
En Buen Estado, suciedad leve en las páginas y en el lomo.
Seymour Martin Lipset. De familia de inmigrantes rusos, a lo largo de su vida desempeñó importantes puestos de docencia e investigación en las universidades de Columbia, Berkeley, Harvard, Stanford, George Mason, la Institución Hoover y el Centro Internacional Woodrow Wilson. En su juventud, sin embargo, hubiera sido muy arriesgado profetizar para él una carrera de este tipo. Primero, porque se convirtió en una figura prominente de la Sociología Política, siendo así que cuando se incorporó como estudiante a la universidad lo hizo en odontología y, en segundo lugar, porque en esa etapa de su vida, que coincidió con los años treinta, se distinguió como un joven troskista. El suyo fue, pues, un caso de metamorfosis tanto profesional como de convicciones.
A la sociología política le atrajo el deseo de entender por qué Estados Unidos nunca tuvo un gran partido socialista y de esta pregunta nacieron sus libros y artículos. En su obra destaca su exposición de cómo el individualismo americano cerró el paso del socialismo de formato europeo. Por si esto fuera poco, se convirtió también en un conspicuo defensor de la tesis del excepcionalismo norteamericano.
Siempre, como escribió Martin Walker, fue capaz de formular preguntas interesantes que rara vez se le han ocurrido a colegas suyos: cuál es la razón de la religiosidad norteamericana, cuál la de que Canadá sea tan diferente de Estados Unidos, y cuál la que induce a los norteamericanos a abstenerse de votar mientras que pueblan las organizaciones voluntarias, como ya señaló Tocqueville. Su transformación en un sociólogo riguroso metodológicamente hablando, le llevó al abandono de su ideología socialista, según el obituario que el 4 de enero le dedicó el «New York Times», escrito por Douglas Martin. Eventualmente, fue uno de los primeros intelectuales a los que se adjudicó el calificativo de neoconservador por haberse convertido en miembro del ala conservadora del Partido Demócrata.
Su libro de 1960, El hombre político: las bases sociales de la política fue un gran éxito de ventas (más de 400.000 ejemplares), traducido a veinte idiomas.
Desde entonces ha figurado en la primera línea de los sociólogos norteamericanos que participaron en la etapa de oro de la sociología científica de la postguerra y se convirtió en un gran experto en temas como la democracia, la estratificación social, la modernización, la opinión pública y la sociología de la vida intelectual entre otros, convirtiéndose finalmente en la única persona que ha sido presidente de la Asociación Americana de Sociología, de la Asociación Americana de Ciencia Política y de la Asociación Mundial para la Investigación de la Opinión Pública. Además, fue fundador de la Revista Internacional de In-vestigación de la Opinión Pública.